Dublino y Asociados presenta este término como la nueva forma de acompañamiento empresarial.
Dublino y Asociados se hacen llamar “ayudadoría” empresarial, término que ellos defienden a capa y espada. “Nos encontramos ante una nueva revolución industrial, ese es el objetivo europeo en 2020, donde hay grandes avances tecnológicos y donde el ritmo de creación de startups es muy rápido” comenta Laia Dublino, CEO de Dublino y Asociados. “Este cambio de tendencia debe ir acompañado por una evolución de la antigua asesoría, que ayude a la empresa de una manera real, y que esté a total disposición de la empresa y no al contrario, que es lo que ocurre hasta ahora”, continúa Laia.
Según Laia Dublino, para las pymes resulta, en muchas ocasiones, complicado lidiar con la asesoría, por la gran cantidad de documentación original que tienen que aportarles, los elevados costes de desplazamiento, impresión de documentos y costes de oportunidad y el tiempo que ello les ocupa. “Todo eso ya está obsoleto, la nueva era de asesorías, “ayudadorías”, tiene que hacer entender que los papeles físicos no son necesarios, lo que permite reducir costes de tiempo y ayuda al medio ambiente”. “La ayudadoría escucha y entiende a la pyme y trabaja para ella, y por eso cobra, y no al revés”, indica Dublino.
“El ecosistema empresarial está cambiando y la asesoría se debe adaptar a él”
La relación entre pyme-asesoría debe ser continua y fluida. “La información debe ser actual, porque el mundo cambia deprisa, y las decisiones se deben tomar cuando se deben de tomar, no cuando el asesor tiene un hueco para pasarte un balance”. “Además, la información tiene que ser comprensible y poder visualizarse de manera esquemática para poder tener una visión global de los indicadores de éxito de tu empresa”. Según Laia todos estos factores deben conformar una ayudadoría.
“Me he encontrado con casos de clientes acostumbrados a esperar más de dos días un consejo de su antigua consultoría, y esto en muchos casos es realmente tarde”. “Cuando hablamos de ayudadoría nos referimos a que es un servicio proactivo, que se anticipa a verificar si hay algún problema a través de tu información contable o de indicadores adelantados”, explica Laia.
“No se trata de asesorar, como el término indica, sino de ayudar a la pyme en contabilidad, fiscalidad, etc. y dejarles tiempo para lo que realmente da dinero, que es la actividad de la empresa”, concluye Laia.